El sonido de las letras

29.3.07

Entre Marzo y Avril

Hay momentos en los que una persona vive momentos de incertidumbre sentimental. En mi caso ha sido un estado anímico y casi un estilo de vida desde hace mucho tiempo. Sin embargo considero que al margen de las confusiones, hay ciertos detonantes que me hacen recobrar el rumbo hacia el "bienestar".
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Y hay una mujer que con dos palabras definió lo que quiero, al mismo tiempo de establecer la media entre un bien egoísta, la complicidad entre dos personas y la entrega mutua: Caprichos compartidos. Eso fue lo que dijo ella y sólo tuvo como respuesta una mirada mía que trataba de gritar "¡Diste en el clavo!" Así que independientemente de lo que pase o deje de pasar, te daré las gracias por darme una nueva bandera, por refrescar mi espíritu inquieto y por acompañarme en una tarde simple y maravillosa.

Una alegre confesión
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La sonrisa en mi gesto me delata,
el brillo de mis ojos va en aumento,
ya no quiero ocultarlo, lo lamento;
al ver tu rostro mi ansia se desata.
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Es cierta cosa que al silencio mata,
incomprensible y me quita el aliento,
no es mentira, te digo lo que siento;
Te quiero Avril, en serio me eres grata.
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Y aunque sienta esta ráfaga en el alma,
y aunque mi mente vuele como el polvo
mis letras no pretenden compromiso.
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Intentaré empatarme con la calma;
sin ser definitivo lo resuelvo:
hoy decidí volar sintiendo el piso.

19.3.07

En esas horas raras...

Me siento seco de palabras porque las emociones me empapan. Tantas cosas han pasado desde la última vez que escribí en este blog que de repente sería muy duro el exigirme hacer memoria y explicármelas de nuevo. Y cuando menos se espera, vienen palabras de alguien más que explican la convicción más definitiva en la que se basa mi existencia.

TODO VALE LA PENA
Gabriel Celaya
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Todo vale la pena.
Espero ansiosamente telegramas que digan,
por ejemplo: "Aceptado", o: "Llegué bien. Abrazos."
Pago cualquier precio por un coñac decente;
pierdo noches enteras con cualquier muchacha.
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Todo vale la pena.
Todo me arrebata y esto es lo terrible;
todo me apasiona y es, sin embargo, tonto;
todo debería parecerme nada,
mas las naderias son mi vida, mi todo.
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Todo vale la pena.
Llevo el capital social de mi negocio
como un piel-roja lleva su pluma arrogante.
Es una miseria; no significa nada;
mas mi sangre suena: vivo, soy dichoso.