El sonido de las letras

17.5.06

Vendas

Hace algunos días iba caminando para regresar a casa y como de costumbre empecé a charlar conmigo mismo. Venía de mi actuación más significativa en doblaje hasta el momento. Sin fallar a la costumbre, sonreí por haber escalado un peldañito más en mi carrera y dije en voz alta: "Las cosas se van componiendo poco a poco". Me quedé serio un par de segundos y reanudé el discurso en tono de reproche con un "¿Componiéndose de qué? ¿De estar bien?". Sí, me falta menos de un mes para concluir mi licenciatura. Sí, tengo más tranquilidad emocional. Sí, hago 200 loops en un día cuando hace algunas semanas hacía 20...¿Y? Cuando no tenía esas cosas era feliz por ser capaz de soñarlas, y de cualquier forma, ahora que las tengo sueño con otras más grandes.
Ese día comprendí que rara vez estamos lo suficientemente agradecidos con la vida. A veces se nos van los años en ser pesimistas y nos vendamos los ojos para no apreciar las cosas buenas que tenemos, o somos tan soñadores que no prestamos atención a lo presente, sino al siguiente paso inmediato.
No es mediocridad ser feliz con lo que se tiene, porque eso nada tiene que ver con la capacidad de evolución y crecimiento que tengamos. Para mí, es una forma recién descubierta para dignificar más el sentido de mi vida. Porque la vida no solamente es un reto, sino una maraña de logros.