El sonido de las letras

31.7.06

Madurez

Encontrar un punto medio en el que uno se sienta a gusto con su vida, es algo en verdad trabajoso.

Sucede que a veces las cosas que más hemos querido se encuentran frente a nuestras narices y por alguna extraña razón las dejamos ir. ¡Ah!, pero el cuento no termina ahí: pasamos años, a veces toda la vida tratando de recuperar lo perdido. Y en ese afán, perdemos de vista lo que tenemos en el presente, que irónicamente después de un tiempo, suele convertirse en lo añorado. Vivimos pues, en una especie de “retraso vivencial”.

¿Qué es lo que podría acercarnos o alejarnos de aquello que anhelamos tanto, en el momento oportuno? Lo he pensado por algún tiempo y he llegado a la conclusión parcial que depende del grado de madurez que tengamos… y que tan centrados estemos.

Generalmente ambos términos los ocupamos casi como sinónimos, pero para los fines prácticos de mi ideología actual he decidido separarlos, sin dejar de aceptar su eterna correlación.

Lo importante es poder darme cuenta que la madurez es algo que se consigue irremediablemente después de cierto lapso. No hay marcha atrás, como la pera que se cae del árbol y jamás volverá a estar inmadura, aunque muchos la sigan viendo verde.

La madurez es la recolección de ideas que fundamentan y justifican la ideología de una persona. Supongo que por eso se relaciona mucho con la edad. Aunque eso no significa que al conseguir madurez, garanticemos nuestro bienvivir. Por ejemplo, hay muchos que han querido tener poder, han madurado sus ideas y se han convertido en verdaderos tiranos. Hay quienes no tienen presente lo que realmente les sienta mejor y terminan su vida siendo viejos maduros y necios.

Pero del otro lado nos encontramos con el segundo término: estar centrados. Creo que debería ser muy sencillo tener fijo el centro de nuestra existencia, pero la verdad, no lo es. Lo que hacemos, lo que queremos, lo que es mejor para nosotros; toda esa asimilación implica. Hay personas jóvenes que son perfectamente capaces de saber todo lo anterior, aunque usualmente no saben cómo conseguirlo o conservarlo.
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Así, la combinación de circunstancias, ser maduro y estar centrado, puede ser un medio eficaz para alcanzar la plenitud: la madurez como método y el estar centrado como objeto y fin.

Probablemente con el paso de los años podré desmentir todo lo escrito en los párrafos de arriba. Será entonces cuando sepa con menos incertidumbre que tan maduro y centrado estaba a mis 21 años…

12.7.06

Cuentos raros

De esas historias raras, que sólo tienen inicio. Ni nudo ni desenlace. De esas son las que vivo de un tiempo para acá.

Es bueno conocer, es lindo reconocer, pero es demasiado complicado olvidar. Y, ¿para qué olvidar? Si los recuerdos serán el alimento del alma vieja cuando ya no tenga un presente interesante. Será mejor seguir creando buenos recuerdos...en todo caso, ahora me preocupo por tener felices vivencias.

8.7.06

Ambigrama



Cuando mi hermano me enseñó esta preciosa forma de jugar con las palabras, casi instantaneamente pensé en este vocablo tan dual, contrastante y trascendente para mi persona. Con todo el cariño inmenso, eterno, al derecho y al revés. Así como lo siento, así lo hice. Siéntete libre de ocuparlo, guardarlo y mirarlo, jajaja.

3.7.06

Graduación

¡Por fin! Me he liberado de la carga escolar después de 4 años de suplicio. Siempre he estado orgulloso de pertenecer a mi amada UNAM, pero no así de haber cursado mi licenciatura en la FES Aragón. No tengo nada en contra de ella, sólo el fantasma de no haber podido ir a Ciudad Universitaria.

De cualquier forma, esos días pasaron y la semana pasada me encontré frente a unas 400 personas dando un discurso en representación de toda mi generación. Y en verdad lo hice sinceramente, porque sin darme cuenta, le tomé cariño a esa Facultad que de entrada, me ayudó a conocer a mucha gente buena.

No me siento muy tranquilo todavía porque necesito titularme, aunque el primer paso ya lo he dado y puedo decir que salí bien librado. No sé que tenga preparado el destino para mí, pero trataré de acoplarlo a mi plan de vida.

Doy gracias a la vida por darme esta oportunidad para probarme y a todas las personas que me ayudan diariamente a convencerme que este es el camino correcto.