El sonido de las letras

17.11.06

Lluvia de estrellas

Te juro que pensé en dejarte, pero a mi cuerpo le bastó tu aroma para negarse a ser sensato.

Te juro que quise odiarte, pero esa mirada que penetra hasta mi cráneo me hizo sentir presa y cómplice de esas caricias reconocibles.

Te juro que no quería ni voltear a verte, pero tu sonrisa luminosa nubló mi mejor esfuerzo por desentenderme de ti.

Y al final, una frase y un par de gestos me hicieron comprender que no soy tan idealista ni tan soberbio.

Cerraste esa puerta después de soplar un beso. Cerré los ojos y con cierta tranquilidad murmuré la frase más definitiva: "cercanos, pero no juntos".

Hoy sigo sonriendo por el gusto de vivir de esta manera tan soberbia.