El sonido de las letras

12.9.06

22 y jugando...

Pues bien, ya tengo 22. Siempre creí que a mis 22 años viviría solo, estaría titulado y sería un solterón codiciado, jajaja. Bueno, en las circunstancias actuales, me haré a la idea de que sí soy un solterón codiciado...

En realidad no voy tan mal: todo esos planes que tenía a los siete u ocho años, sólo llevan uno o dos años de retraso. Un pequeño error de navegación, a cambio de los cuatro o cinco años más intensos hasta el momento.

22 años de sentirme una persona normal, pero con algunas peculiaridades notorias respecto al pensamiento de la gente. Peculiaridades que me han ayudado muchas veces, aunque me compliquen la vida otras tantas. Una de ellas, la de permanecer como "un niñote" como algunas personas me dicen. Y no por la inocencia, sino por la disposición a estar jugando alegre con lo que tengo a la mano (sólo que en la mayoría de los casos los juguetes han cambiado un poco) jajaja.

Y como nunca tuve la misma experiencia de una quinceañera con su último juguete, he de contar una historia, la de mis juguetes.

No fui demasiado versátil, solamente me gustaban los muñecos y las pistolas. Recuerdo todavía una caja de cartón grandísima llena con mi colección de armas. Cada una calibrada con exactitud, con las mañas medidas y en disposición para ser disparada contra mi hermano.

Después de algunos años, nació André. Para ese entonces sólo guardaba lo esencial. Aquello con lo que me volvería viejo y presumiría a mis hijos y nietos. Pero hubo un día terrible (recuerdo que había una gran tormenta eléctrica) en el que decidí regalar mis juguetes a mi hermano menor. Después de todo,¿Para qué existen los juguetes, sino para disfrutarlos? Muñecos Thundercats, de He-Man, Caballeros del Zodiaco y demás fueron cedidos. Y hoy siguen por ahí sin brazos, rotos o perdidos.

Sin embargo, de lo único que no pude desprenderme fue de mis amados G.I Joe. Aquellos soldaditos de tres pulgadas que desde muy pequeño me causaron fascinación. Cuenta la leyenda que cuando tenía unos cuatro años, mis papás nos compraron nuestra primer figura en un tianguis. El mío era un muñequito azul, y el de moncho era un soldadito verde. No pasó mucho tiempo para que el mío se quedara paralítico y el de moncho manco. Pero mi santa madre fue la mejor enfermera de todas. Le pegó las piernas con acrílico al mío (nunca volvió a caminar con soltura, pero era mejor que nada) y al otro le hizo un cabestrillo con gasa y microporo.

Cuando tenía unos nueve años, mi colección era de unos 40 G.I Joe, todos con caras y trajes distintos. La colección de moncho se había cambiado a mi bando después de batallas injustas de tres contra uno. Supongo que mi hermano me regaló sus muñecos por más por estrategia bélica que por convencimiento. Ahora el manco era mío.

Hubo un día de reyes en que me trajeron un vehículo con algunas piezas faltantes. Así que fuimos a la fábrica para hacer válida la garantía, y llevé al manco esperando que se le pudiera hacer un implante con un médico especialista. Se lo enseñé al señor, lo revisó, se lo llevó detrás del mostrador y trajo malas noticias: no había donantes compatibles para aquel soldado herido. Pero también me trajo un mono nuevecito a cambio del manquito. Lo hizo con un gesto de tanta amabilidad que no me sentí culpable de aceptar el intercambio.
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Pasaron los años y la colección siguió creciendo. En tianguis y convenciones compraba muñecos y la familia llegó a tener 80 miembros.
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Hace unos días, asistí a una convención y mi hermano me dijo que en algún pasillo estaba un montón de G.I Joe. En efecto, fui a buscar y ¡zas! un muñeco de 1982, el primer año en que fueron producidas las figuras de 3" 3/4!!! El precio, 70 pesos. ¡zas! otra figura de 1982!, 40 pesos, y al tercer vistazo, EL MANCO!!! pero no era manco, estaba casi nuevo, completamente sano y con todo y accesorios. Me sudaron un poco las manos, no era posible que después de tantos años, la vida me devolviera al mismo monito y sobre todo que mi bolsillo lo alcanzara, sabiendo de antemano que esos muñecos en esas condiciones valen miles de pesos.
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Ese día, me traje 4 figuras de los primeras 16 producidas en 1982. Tengo al manco de nuevo y he contado varias veces esta historia porque en realidad me emociona mucho. Mi adorada Mariana me dijo que escribiera acerca de esto como un cuento, porque la versión que le tocó a ella creo que fue más bivalente. Lo cierto es que se trata basicamente del gusto que puedo sentir por una pequeñez como esa. Lo importante es que he cumplido 22 años y sigo jugando...

1 Comentarios:

  • jajajaaaaaaaaaa
    no me pareció aburrido como dijiste.
    y sí, eres un niñote.
    pero qué más da... si en esta vida lo que nos falta (e irónicamente sobran) son razones, recuerdos y personas con las cuales sonreir.
    :-)
    qué significan las siglas de G.I.???

    Recadito escrito por Anonymous Anónimo, el miércoles, septiembre 13, 2006 12:07:00 a.m.  

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