El sonido de las letras

29.10.05

Hacia la felicidad

Me veo obligado a escribir sobre la situación actual de mi vida. Al margen de lo que ha sucedido o pueda suceder, debo aceptar que en un balance general me puedo considerar muy dichoso. ¿Por qué? Supongo que porque he decidido serlo. Así como también he atentado contra mi felicidad cuando creo que el sacrificio de ésta me puede llevar a un bien mayor.
Sin embargo: ¿Qué cosa hay más importante que ser feliz? Al final creo que es una de las metas más comunes de los humanos. Quizás en mí, es el único fin de mi vida, compartido con mi sed de trascendencia.
Me ha costado trabajo pero he entendido que ser feliz es una TAREA que estamos obligados a realizar celosa y cotidianamente.
Seré sincero, la mayoría de la circunstancias se han vuelto favorables. La vida volteó a verme para sonreir conmigo. Pero definitivamente considero que el grado de satisfacción que he alcanzado se debe a la postura que tengo hacia mí. No soy suave, puesto que uno no debe consentirse en exceso cuando se quieren hacer bien las cosas, pero tampoco soy demasiado duro conmigo mismo. He aprendido a perdonarme y a comprenderme. De lo demás, las personas que realmente me conocen y estiman saben que aunque sea medio burrito a veces, nunca será la intención herir a alguien, como en los buenos documentales.
Sin quitarle importancia a lo que ya he dicho, soy feliz. Feliz porque decidí serlo; feliz por casualidad, o feliz porque por fin he empezado a caminar por una vereda con letreros. Y con esta sonrisa ténue pero constante, sé que irremediablemente voy hacia esa felicidad perdurable que va más allá de las alegrías.